12 de julio de 2014

Esto es un ecopoema

Esto es un ecopoema.
Aquí no existen coches con cubiertas gastadas
ni urbanas vidas agraces
ni los happy hours de los pubs de moda cuya insignia es
el horror vacui de los vasos y los colchones.
Aquí nos refrescamos el rubor con un arroyo en época estival
y escogemos de entre los versos que llevan madurando algún tiempo,
aquellos que nos tranquilizan por creer que son
pequeñas cuestiones de fe.
Tampoco nuestros pájaros se paran a descansar
en edificios institucionales,
en estadios o en catedrales de nueva construcción,
y prefieren hacerlo en las ramas más floridas de los árboles:
parecen ser cómplices de una nueva forma de rebeldía.
Sin embargo, es el aire, lejos de grandes complejos industriales,
quien corre en brisa tenue pero triunfante,
ajeno a angustias y falsas pretensiones y siendo
dios sin problemas, doméstico, sin ansias de infinito.
Por el aire tengo la certeza de que es serenidad lo que necesito, y
es amarte bajo un cerezo del valle del Jerte.