26 de febrero de 2014

Despropósitos: antología poética

Hace tiempo que anunciamos un pequeño regalo simbólico para el segundo aniversario de este blog. Hoy, después de varios meses de trabajo, nos gratifica enormemente anunciar que el regalo se trata de una pequeña antología poética.

Para hacer este pequeño recopilatorio nos hemos surtido de textos de gente joven, amigos todos, que revelan nuevas voces poéticas dentro de el panorama actual. También hemos contando con la ayuda de Nacho González, poeta gijonés, cofundador del grupo poético Cálamo en 1981, editor y profesor de la Universidad de Oviedo. Inmensamente agradecido les estoy a todos por cómo se volcaron en este proyecto.

No me quiero extender más. Aquí dejo el enlace, en el que podéis descargar y leer este trabajo de recopilación de una poesía tan joven y tan distinta toda ella. Recuerdo que sois vosotros los que creáis nuestro trabajo y lo hacéis posible al leerlo.

http://www.slideshare.net/pbsanjurjo/despropsitos-antologa-potica

19 de febrero de 2014

Arizona

Sí. La llanura me espera, me contempla. Yo, chulo caminante incesante, sonrisilla, sombrero, botas y espuelas. Envuelto en cueros y vaqueros, y en la cabeza una canción. El viento acaricia mi cara, juega con mi barba y me permite ir. Esta es mi situación, voy al horizonte a encontrarme conmigo mismo. Sin esperar nada, sin provocar nada; con la vida me basta. El sol quema la arena, las rocas y derrite la carretera. Juego a ser Satán.

Por tridente una guitarra y por hogar unos acordes. Acordes que recuerdan a Mojave, a las casuchas de los viejos con barba, sombrero, botas y espuelas y una espiga de trigo entre los dientes, a las tierras de Lucky Luke. Camino hacia adelante, incansable, bajo el sol abrasador, sobre la lava de los bordes de la carretera, solitario y tranquilo, con calma. Al fondo una montaña se alza retándome, me espera. Yo sé cómo va esto, ya lo he hecho más veces: caminas varios días, semanas o incluso un par de meses, hasta que encuentras ese sitio, tu lugar, donde consideras que encajas, que formas parte. Allí es donde descansas, no antes, aunque poco a poco te desgastas al caminar, pero un hombre rudo no se rinde por andar, no cae en abandonar. Sigues hacia adelante porque solo así llegas a tu sitio. Entonces, cuando llego, existo. Y ahora solo me importa ser. Agarro fuerte mi guitarra y vuelo en mi mente. Mis dedos corren por el mástil, pisan trastes y rasgan las cuerdas. La canción que tenía en mi cabeza nace de mis dedos. Juego a ser Hank Williams, juego a ser Johnny Cash.


Desierto de Mojave. California.

Mi relato, la historia de mi viaje hasta aquí, son las notas, los acordes, la armonía y melodía que he creado. Me lo leo varias veces: mil, diez mil, hasta que lo he vuelto a hacer parte de mí, hasta que me canso, hasta que basta. Entonces me incorporo despacio, sin prisa, cómodamente. Dejo de ser parte del entorno, me sacudo, me limpio y pienso. Dejo la guitarra con la canción en el lugar. Y me olvido de todo, nunca vuelvo a recordarlo, ese momento habrá sido único y exclusivo. De principio a fin. Me olvido de todo, del viaje, del sol, del suelo, del calor, de Mojave, de las casuchas, de los viejos, de Lucky Luke. De la montaña, de la llanura, del lugar, de la guitarra, de la canción, de mí. De Satán, de Hank Williams y Johnny Cash. Juego a ser Leonard Shelby.

No sé dónde estoy, pero sí de dónde vengo y hacia allí me voy.

18 de febrero de 2014

Confesionario




Pero el odio también me modifica
a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta
soy otro
que no odia, que ama
a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,
igual que tú,
el cabello largo
 (Ángel González)





Llevo años intentado descubrir
el interior
el corazón
el tuétano
de la poesía.
Para mí
son las mañanas frías
y las noches cálidas,
los paisajes que veo desde aquí,
los besos, los abrazos,
la médula, la rótula, la tibia, el peroné,
los pechos, el culo,
el pelo húmedo
recién salido del mar,
los años, la esperanza,
el tiempo, la inquietud…

Para mí
la poesía
es lo mismo que para las beatas
el confesionario...

JANDRO DQ