31 de enero de 2012

Impenetrable hojarasca...

Impenetrable hojarasca
que yaces tupida y gris,
manto de ilusiones vanas,
son de lastimeros llantos.

Pronto llegará el blanco, 
necia, y cual insana
peste, se abrirá camino
sobre tu quieto mirar.

Y el florecer y el despertar
de los bellos trinos, unidos
en su concierto al riachuelo
y a su ingrávido sonar.

La ausente hojarasca contemplad,
y el seco bosque renacer
con lo gris tornado en verde;
sus ramas ya solo mueve el viento.

30 de enero de 2012

Tirado en una barca...

Tirado en una barca
a la deriva;
solo.

Sin sombras que ennegrezcan
ni pájaros que pían;
mudos.

Apenas el agua silbante
que murmura bajo
diciendo: "vida".
Pero tú estás solo.

Y ya no hay verdades divinas
ni queda la dulce mentira
porque tú estás sólo.

22 de enero de 2012

Recordos elexíacos.

Ás veces, na mi ventá
préndese úa llucecía.
Un reflexín mouro,
úa claridá na llúa chía...


Eu sempre la miro,
penso qu’é úa señal,
un guión nel camín,
un paréntesis dentro de min..


Dende pequeno nun lo vin,
por eso ye escribo,
porque casi nin lo conocín,
por eso lo añoro,
porque casi nin lo toquéi.


Aunque nunca che dixese -quérote-,
aunque ningún abrazo tou recorde,
eu llévote nel corazón,
eu inda noto condo me empuxas col bastón...




Pdta: Dedicao pa alguén que nun ye puiden dedicar todo el tempo que quixera...


Alejandro de Queitano.

20 de enero de 2012

Unidos

Lúgubres senderos hacia la nada,
señales de stop en un mundo que no camina.
Largos pasos de cebra,
que vacíos de gente nadie respeta.


Infames personajes que a la nada se remiten,
pueblos, que desesperados entre montañas,
buscan una simiente de esperanza,
un por qué al progreso,
un No al abandono y al destierro!


Pueblos, más pueblos, gente y más gente,
toda ella descompuesta por el acecho.
Por el acecho de los imperialistas,
de las grandes avaricias…

Unámonos todos en contra de la tiranía,
Luchemos juntos paso a paso,
Hagamos de lo olvidado, un presente,
de lo nuestro, un futuro…


Alejandro De Queitano.

18 de enero de 2012

¿Quién ha matado a Dios?

¿Quién ha matado a Dios?
¿Qué loco asesinó al loco?
 
 
Extirpada la decencia,
una humanidad arremete
contra toda su creación.
¿Es finito el límite de nuestra arrogancia?
 
 
Resuenan los disparos plañideros.
¿qué sentencia hemos firmado?
El desfalco de nuestro bien más preciado.
 
 
Por mi culpa, por mi culpa,
solamente por mi culpa.
 
 
¡Necio! ¡Ingrato!
Las ideas nunca mueren:
los conceptos, si aceptados, son eternos.
 
 
¡Piensa, humano, sigue pensando!
Que la arrogancia no me ciegue,
que la tiniebla se ilumine,
que la decencia en su sitio quede.
Y prometo yo
que lo que una vez fue soñado,
creado y afirmado,
por mi jamás se enruede.

El acontecimiento más relevante de la historia de la Humanidad tuvo lugar el 16 de enero de 1918 en Moscú. Ese día, un tribunal popular presidido por el comisario de Instrucción Pública Anatoly Lunacharsky se instituyó como competente para juzgar a Dios por sus crímenes contra la Humanidad. Dios fue condenado a morir fusilado a las 6:30 horas del 17 de enero de 1918. Ni aplazamientos, ni apelaciones... nada de nada. La sentencia fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento que disparó cinco ráfagas de ametralladora contra el cielo de Moscú...

13 de enero de 2012

Amor Muerto.


Y se escapan volando los últimos acordes,
y no volveré jamás a ser tu guía,
por la senda perdida de la melancolía
rebajo con agua tus últimos abrazos...

Entre versos y poemas de mediodía,
entre la piel y el corazón
anudo los sentimientos con tacto y pasión

No podré verte más esperándome en la acera,
quizás algún día te llame,
bajarás del cielo y con besos en los labios,
romperemos esta injusta espera.

Y sí, volveré a por ti si hace falta,
naufragaré mi barco para poder verte,
robaré, y si es menester me perderé
por el mundo en busca de tu suerte.


Alejandro de Queitano.

11 de enero de 2012

Aquí el cielo jamás despeja.

Aquí el cielo jamás despeja.
Nubes sobre nubes.  Grises todas ellas.
Un dorado rayo hecho espejismo, recuerdo.

Tan distante la meta, tan oscuro el camino.
Mi meta, aquel cercano acantilado.

Las zarzas, envidiosas de mis piernas, minan la marcha.
atan bien fuerte
 y, aguijoneando el cuello,
me revuelvo, miro arriba y recuerdo:
Nubes grises. Aquí el cielo jamás despeja.


Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.

9 de enero de 2012

Desnudez en vísperas de Navidad

Derruídos los pilares, se desmorona el tejado. La erosión pudo, venció a la
estructura, y lo que queda es escombro...Escombro altamente gris. Pero lo
gris ha de tornar en verde, azul y rojo, amarillo, marrón o blanco.Y el
lento hormigueo de la razón aflorará sobre los ladrillos reducidos a polvo. Y
ella, cual ave Fénix, retorará de las cenizas; y así el polvo, así ladrillos y
la estructura serán un todo: serán de nuevo, al fín, una.


Escrito el 12 de noviembre de 2011